Terapia on-line (4/5)

Y ese futuro ha llegado, hoy es posible establecer una videoconferencia con garantías de funcionamiento.
El 73% de los hogares españoles tienen banda ancha como conexión, según el I.N.E. Por tanto, si bien se han utilizado distintos tipos de medios para realizar terapias como el teléfono, el correo electrónico, el chat y recursos web; sólo con la videoconferencia se dispone de la posibilidad de observar la reacción emocional del otro, tan importante en la práctica psicológica.
Actualmente, el Gobierno de Australia, país de gran dispersión demográfica, financia un sistema de salud universal. Facilita el reembolso de servicios psicológicos, mediante la derivación de los médicos de atención primaria, psiquiatras y pediatras a los psicólogos registrados.
La Sociedad Australiana de Psicología colabora junto al Gobierno con un programa formando profesionales en Terapia Conductual y Cognitiva on-line para fomentar la intervención remota. Leer noticia.
Se pueden encontrar innumerables publicaciones sobre terapias para todo tipo de problemas a cargo de Universidades de todo el mundo. Y con una sencilla búsqueda se pueden encontrar páginas y páginas de ofertas de Psicología on line.
Hay que tener en cuenta que las necesidades y las expectativas de los profesionales han ido por delante de la tecnología. Aquí lo nuevo es la herramienta, la red y sus dispositivos; no el trabajo en sí, la terapia. Por tanto, la terapia estaba, los modelos teóricos y las intervenciones prácticas estaban. Es la herramienta lo que hay que aprender a utilizar. Lo nuevo no tiene garantías probadas y puede generar reticencias para su utilización.
Luis Valero Aguayo, Doctor en Psicología por la Universidad de Málaga en su artículo de 2006, «El consejo psicológico a través de Internet: Datos de una experiencia institucional.»
Se muestra crítico con las investigaciones y defiende la conveniencia de realizar un consejo o información psicológica por estos medios, aunque no tanto una terapia en su sentido estricto. Serviría más como complemento a una terapia presencial.
Pero hay que tener en cuenta que habla de terapia on-line a través de mensajes escritos, no mediante videoconferencia.
Lo novedoso de la disciplina hace que el autor se preocupe por los aspectos éticos y la necesidad de protegerse de ofertas que no cumplan los requisitos legales para el ejercicio de la Psicología.
La APA, Asociación de Psicología Americana ha recomendado la utilización de los mismos estándares de conducta y principios éticos que operan en la práctica clínica presencial. Otras Asociaciones han desarrollado códigos más específicos.
Una web que ofrece servicios on-line debe observar estas normas (reproduzco textualmente):
1. Información fidedigna.
Se debe informar con claridad a los usuarios de todos los aspectos del servicio, su forma de financiación, la institución o comercio que crea el servicio, la publicidad, la compra de servicios, cualquier relación con otros sitios, patrocinadores comerciales, etc.
2. Honestidad.
La información debe ser franca y honesta respecto a la posible venta de productos y servicios relacionados con la salud. Se debe informar de la eficacia real de los servicios, los beneficios probados, quién ha elaborado los contenidos que se ofrecen, y la organización que los promociona. También informar sobre los problemas psicológicos en que resulta inapropiado o peligroso la terapia on-line, y cuando se utiliza la consulta on-line como una primera cita para una relación terapéutica cara a cara.
3. Calidad.
La información sobre los servicios proporcionados debe ser profesional, avalada por una formación y una actualización permanente de esas informaciones. Asegurar qué información es de consenso, cuál se extrae de experimentos comprobados o cuál supone sólo una opinión profesional. Deben ser sitios fácilmente accesibles para todos, con una información clara, legible y apropiada a los usuarios a quienes se dirige.
4. Consentimiento informado.
Los servicios on-line no deben recoger datos o cualquier otra información personal sin el consentimiento explícito del usuario, e informar si esos datos van a ser archivados o compartidos con otros profesionales, van a ser utilizados para investigación, y más aún si pueden ser utilizados con fines publicitarios y por parte de otras empresas comerciales. Asimismo, deben informar sobre la fiabilidad del comercio electrónico, utilizar un sitio seguro, y una transmisión segura de toda la información electrónica.
5. Privacidad.
Toda la relación terapéutica y los datos proporcionados debe guardar la confidencialidad, y el sitio debe asegurar la privacidad de esos datos, la codificación o encriptación de los datos, uso de software de seguridad, etc.
6. Profesionalidad.
Se refiere al cumplimiento de las obligaciones de cualquier profesional de la salud, que ya vienen reflejadas en los códigos éticos habituales, pero que se acentúan aquí dado el desconocimiento que tiene el usuario de quién es el profesional con el que está tratándose. Se hace un especial énfasis en dejar constancia de los límites de la terapia on-line y de los consejos que puedan elaborarse, cuándo puede hacerse un diagnostico apropiado o no, qué implicaciones tienen las respuestas del terapeuta y cuando están fundamentadas en procedimientos contrastados empíricamente y cuando son consejos profesionales. También identificarse ante el usuario, y que éste disponga de unos datos suficientes como tendría si viese realmente al terapeuta (sexo, edad, raza, aspecto físico).
7. Asociación responsable.
Trata de asegurar que el sitio web está unido a organizaciones, colectivos, empresas o instituciones que son fiables por sí mismas, y tienen también suficiente credibilidad; así como declarar cualquier asociación con fines comerciales o publicitarios, y separar claramente la provisión del servicio on-line de la venta de cualquier otro producto comercial.
8. Responsabilidad.
Los sitios son responsables del posible mal funcionamiento del servicio, y los usuarios pueden contactar directamente con los organizadores, webmaster o cualquier persona a la que notificar la calidad del servicio, posibles infracciones a estos códigos éticos, etc., o bien poder opinar sobre la calidad del servicio ofrecido, dar feedback de sus opiniones y quejas.
Pero para un psicólogo aplicado, dedicado a la práctica clínica, como yo. No sólo es importante consultar los trabajos de los psicólogos teóricos.
Referencias y enlaces
- Kyrios, Michael (2015): “El gobierno australiano financia tratamientos psicológicos basados en la evidencia” Colegio Oficial de Psicólogos. Revista Infocop. ISSN 1886-1385. Ir
- Valero Aguayo, Luis (2006): El consejo psicológico a través de Internet: Datos de una experiencia institucional. Universidad de Málaga. Ir