Terapia Online (2/5)

La búsqueda dio frutos y encontré un Centro en el que asentarme, acumular experiencia y desarrollar mi forma de trabajar. Todavía sigo allí, después de 13 años y más de 800 casos. Qué gran suerte gozar de tanta confianza y comprensión, incluso ante la diferencia de opiniones. No es el momento de detenerme a desarrollar mi formación y mi experiencia, lo tengo detallado en LinkedIn.
El estallido de la burbuja financiera en la primera década del siglo y sus consecuencias en esta segunda que vivimos, nos han hecho recordar que no hay nada eterno y que el mundo afortunadamente nunca se ha detenido y que no podemos quedarnos quietos.
Es el momento de diversificar, de retomar objetivos congelados a principios de siglo, de ganar autonomía, independencia, de dar otro salto.
Nunca me gustaron las transiciones abruptas, si hay que cambiar, dejar una etapa para asentarse en otra, me gusta hacerlo despacio, acoplándome al ritmo de los cambios mientras desarrollo un plan flexible. Porque por mucho que pueda ordenar mis objetivos nunca podré prever exactamente como se van a desarrollar los acontecimientos, por ello todo plan debe estar sujeto a revisión y modificación permanente.
Llevo tiempo preparando mi nuevo proyecto. Centrado en mi web, desarrollando por fin la Psicología a distancia, teniendo clientes a través de internet por videoconferencia. Comprobando que es posible hacerlo y qué limitaciones puede tener. Porque establecer una relación de ayuda a través de una imagen bidimensional tiene diferencias respecto a la tradicional terapia presencial.
Mi nueva oferta puede consultarse en la web de manera muy rápida. Seguiré trabajando como siempre, de forma presencial, ahora en tres ubicaciones distintas. Pero quiero impulsar el apartado on-line y atender a todas aquellas personas que puedan necesitarme o tengan interés en beneficiarse de mi trabajo.
He pensado mucho, debido a recientes casos que he llevado, en todas esas personas, estudiantes y trabajadores que se encuentran lejos de sus casas. Y en lo duro que se hace, a veces insoportable, estar solo en un mundo nuevo, tan diferente y tan exigente. En lo difícil que puede ser adaptarse, organizarse, relacionarse, estudiar, trabajar, comer diferente o gestionar la ausencia de los seres queridos. Cuesta mucho dinero estudiar fuera de casa, podemos echar por la borda el esfuerzo de años y volver a casa con una vivencia de fracaso que puede perseguirnos toda la vida.
No se trata aquí de meter miedo para conseguir más adhesión, más casos, de personas que al leer esto se angustien, bajen sus defensas y consuman Psicotel. Quien me conoce sabe que jamás actué así. Sinceramente creo que cuando se da es un problema trascendental y sus consecuencias son suficientemente graves e incapacitantes como para intentar una terapia antes de dejarlo.
En estos meses he pensado también en aquellas personas que se encuentran en lugares despoblados o con problemas de movilidad y aquellas que sufren por el hecho de acudir a un gabinete, con su sala de espera, y que preferirían un sistema más confidencial.
Por eso me voy a extender en este blog sobre la práctica de la Psicología a través de videoconferencia. Sus ventajas, sus limitaciones actuales, los estudios que han hecho otros profesionales, mis opiniones y conclusiones. Y que cualquiera que esté pensando en utilizar este servicio pueda empezar con información adecuada.